Imaginar un sitio en el que nunca has estado, y seguramente nunca estarás, es un ejercicio de imaginación importante. Si además intentas ponerle sonido, aún más. Las preguntas son muchas y variadas, ¿de que materiales estará hecho?, ¿para qué se construyó?, ¿vive alguien en él?, ¿esas luces señalizan algo?, y así hasta que decides parar de preguntarte cosas.

Esta escena es otro ejercicio de libertad, donde se mezclan sonidos sinteticos y orgánicos para buscar un espacio lo más limpio y aséptico posible, pero dándole un cierto aire acogedor.

Titulos moviendose, y unos azules en diferentes tonos daban pie a una música ambiental pero con alguos acordes que resaltavan los cambios de títulos e imagenes de la intro. En el resto de la escena no existe ninguna música o melodía por que quería prefería priorizar el ambiente del espacio.